MADRID SODOMA Y GOMORRA

La noche en Madrid a veces haría parecer a Sodoma y Gomorra como un jardín de infancia, si por lo que   hacían en esos tiempos,  les destruyeron  la ciudad, (Con todos los habitantes dentro) Entonces no me extrañaría que mañana desapareciéramos del mapa.

Bromas aparte, lo cierto es que estando de fiesta, me detuve a observar a tanta gente a mi alrededor, y pensé en cada historia que se cocería esa noche. Por donde miraba veía gente riendo, bailando, bebiendo, de marcha constante, diversión perpetua, ni crisis ni historias tristes. todos queriendo divertirse.

Recordé a Jaime, un buen amigo mio, que solía decir que de noche solo se podían encontrar, hienas y chacales, comentario ante el cual, siempre le echaba la bronca, por radical y fatalista, aunque mira tú por donde, esta noche me pareció que no andaba tan equivocado.

Será el cansancio, ante el final de un larguísimo año, pero por unos minutos, me paré a pensar al respecto, y no en plan inquisidor, porque evidentemente, yo estaba dentro del mismo grupo de gente al cual observaba, y que no era diferente de otras noches, asi que como mínimo, en estatua de sal terminaría convertida en esta historia. pero la verdad es, que sí que pensé que tanta marcha, tanto cachondeo, tanta juega, y tanto desmadre, no pueden traer a la larga nada bueno.La gente pareciera no querer conocerse demasiado, si eso lo justito para pasarlo bien, rollos de una noche, ligues con unos o con otros, y mientras las horas avanzan, ya parece dar igual con quién. 
Verdades a medias, o mentiras completas. sexo, droga, rockandroll, ruido, roces,  risas, nada importa, nadie pregunta, nadie quiere saber, para no estropear la noche, solo han salido por una idea común, pasarlo bien

El hecho de no querer pensar, de no querer complicarse demasiado, de decir constantemente que hay que disfrutar la vida que son dos dias.

La apariencia ante todo, ir siempre divinos  de la muerte, fashion y con glamour, aunque importe un pepino como sea la persona que hay por dentro, tampoco hace mucha falta, lo que importa es lo que se ve. 
Algunas frases cortadas entre conversaciones ajenas vacias, tan vacias como los cerebros de los que provenian me sacaron algunas sonrisas, pensando en el nivel cultural cero, dentro de un nivel economico diez, algo aparentemente injustificable pero cierto, y mientras más tonta parecía ser la presa, más afilaba los dientes el interlocutor, riéndole las gracias, y frotándose las manos, y acortando la distancia física.

Los besos, abrazos, y caricias entre los que luego de tanto tiempo juntos en esta breve vida  (Unos cuantos minutos quizá), tampoco faltaban.

No se que tipo de cuadro podría pintar Rubens con nosotros, pero desde luego parecíamos una versión del mismo tema que le inspiraría en sus tiempos,  hay cosas que no cambian, claro está.

Tanta alegría tanta felicidad aparente, tanta despreocupación por todo y por nada, tantas caretas que ocultan interiores rotos, mil palabras que al final, solo buscan el hecho  de terminar la noche habiendo  consumado lo que parece ser el único fin, desde Sodoma hasta Madrid... Lujuría.