Al leer una historia nos preguntamos quien será el personaje, si es real, si imaginario, y lo cierto es que lo mejor para quien cuenta la historia, es que se piense que lo real es imaginario y viceversa. Lo cierto es que casi nunca suelen ser reales. Quizá soñemos con tener ese poder divino de tomar un poco de barro, ¿o de tinta? Y modelar un ser, darle forma, cuerpo, espíritu, crear vida, y no conformes con ello, pretender jugar con su destino, crear el comienzo de su historia y un final, triste, feliz, dramático, hacer con la vida de ese personaje lo que nos plazca, modelar su forma y su vida, y finalmente terminar la historia.
En esta historia, la idea se basa en un personaje de la Mancha, cuyo nombre no interesa, ya que podría ser cualquiera que va por la calle, alguien que quiere a una mujer, la quiere con locura, y no está conciente de ello, por lo que su lucha va, entre el amor y su fría lógica. Vemos la tortura y el dolor que no reconoce sentir la frialdad de un supuesto macho, y el tópico inculcado de ser frío por naturaleza. El contraste se personifica, al darse entre alguien tan frío y calculador, y su antagónico personaje tan intenso y sensible, ambos extremos exageradamente magnificados.
Un sutil toque de sarcasmo se intuye cuando en su aparente simplicidad, no se percata de los grandes errores de su vida, volviendo a cometerlos, sin explicarse como es que hechos que considera triviales impidieron siempre su felicidad.
Si cuando escribimos pusiéramos un teléfono para aludidos, seguramente serían muchos los que reconociéndose, dirían que no se les ha hecho justicia en el personaje. Solo puedo decir como humilde disculpa, que al escribir, nos dejamos llevar por el subconsciente, y que a veces sobre la base de un recuerdo, esculpimos lo bueno y lo malo, como lo imaginamos, trastocando la realidad, engañando los sentidos, y que ese personaje deja de ser la persona, y se convierte en su imagen paralela, la confundimos entre la realidad y lo imaginado, y el que queda impreso reemplaza en nuestra memoria a l verdadero, al que sigue con su vida cotidiana, como si fueran dos seres equivalentes, que no son el mismo, y aunque pretendamos recordar al de carne y hueso, cobra vida su reflejo, mientras el real se disuelve confuso en el olvido. Entonces nos quedamos con la copia, le clonamos, y le damos vida independiente, que cobra mayor o menos importancia de la que tuvo, tomamos sin su permiso ese recuerdo e intentamos darle forma para que no desaparezca, y poder hacer así luego un recuento de hechos, con la pretensión de poder ver con mayor claridad.
Intentamos con eso recapitular la vida, sin que los recuerdos den vueltas confusas y se pierdan, los atrapamos y plasmamos en líneas como estas, y luego, un día, los repasamos con una sonrisa.
En esta historia, la idea se basa en un personaje de la Mancha, cuyo nombre no interesa, ya que podría ser cualquiera que va por la calle, alguien que quiere a una mujer, la quiere con locura, y no está conciente de ello, por lo que su lucha va, entre el amor y su fría lógica. Vemos la tortura y el dolor que no reconoce sentir la frialdad de un supuesto macho, y el tópico inculcado de ser frío por naturaleza. El contraste se personifica, al darse entre alguien tan frío y calculador, y su antagónico personaje tan intenso y sensible, ambos extremos exageradamente magnificados.
Un sutil toque de sarcasmo se intuye cuando en su aparente simplicidad, no se percata de los grandes errores de su vida, volviendo a cometerlos, sin explicarse como es que hechos que considera triviales impidieron siempre su felicidad.
Si cuando escribimos pusiéramos un teléfono para aludidos, seguramente serían muchos los que reconociéndose, dirían que no se les ha hecho justicia en el personaje. Solo puedo decir como humilde disculpa, que al escribir, nos dejamos llevar por el subconsciente, y que a veces sobre la base de un recuerdo, esculpimos lo bueno y lo malo, como lo imaginamos, trastocando la realidad, engañando los sentidos, y que ese personaje deja de ser la persona, y se convierte en su imagen paralela, la confundimos entre la realidad y lo imaginado, y el que queda impreso reemplaza en nuestra memoria a l verdadero, al que sigue con su vida cotidiana, como si fueran dos seres equivalentes, que no son el mismo, y aunque pretendamos recordar al de carne y hueso, cobra vida su reflejo, mientras el real se disuelve confuso en el olvido. Entonces nos quedamos con la copia, le clonamos, y le damos vida independiente, que cobra mayor o menos importancia de la que tuvo, tomamos sin su permiso ese recuerdo e intentamos darle forma para que no desaparezca, y poder hacer así luego un recuento de hechos, con la pretensión de poder ver con mayor claridad.
Intentamos con eso recapitular la vida, sin que los recuerdos den vueltas confusas y se pierdan, los atrapamos y plasmamos en líneas como estas, y luego, un día, los repasamos con una sonrisa.
4 comentarios:
Hay un libro que tengo en la biblioteca que se llama "¿es real la realidad?
¿en que medida fueron reales Héctor o Paris más allá de lo que nos cuenta Homero?
UNa vez que el ser real se metamorfosea en el protagonista de un escrito empieza a ser complicado identificar que es la realidad y qué la imagen ideal del escritor y aquí es, precisamente, donde entraa jugar su arte.
No he leído el libro, Es la primera vez que entro en tu Blog, pero me parece que tienes estilo y que puede ser una interesante obra.
Te iré comentando, pero, desde aquí, te animo a continuar
Eres un encanto...De verdad, gracias por los ánimos, me vienen de maravilla.
Escribir es a veces jugar a ser Dios, crear de la nada mundos, personajes, hechos, historias, "desnudar el alma" como dices pero supone a demás mentir y descubrir también la verdad de las mentiras, es maravillar, encantar y convencer
Es por eso que escribir es un arte y de hecho mucho más para el que lo sabe hacer..
Así que saludos, ánimos y buena suerte.
Gracias Rob,es interesante el concepto de que supone ademas mentir...Puede que los escritores sean los más adorables o detestables mentirosos, que mienten, o mejor, inventan historias...Y efectivamente el tema está en lograr convencer a quién lee.
La imaginación y la realidad, tan entremezclados y bien contados hasta el punto en que no se distinga cual es cual. ;-)
Un beso.
Publicar un comentario