QUE INVENTO ES ESE DEL AMOR?
De vez en cuando al ver una parejita de avanzada edad, pienso en nuestra naturaleza humana. El otro día en uno de mis paseos por el parque, vi a una pareja que iba de la mano, ambos en chándal, paseando, hablaban, muy tranquilos mientras paseaban.
Hacía frío, y él, en un momento la acercó hacia sí, intentando darle calor...Ambos tendrían más de setenta años, y parecían cualquier pareja de veinteañeros, quizá el estar juntos les mantenía asi.
y pensaba en el sentido real del AMOR

¿Porque esa necesidad de querer a un extraño? Hacer que se convierta en parte fundamental de nuestra vida, darle nuestro corazón, alegría, sentimiento, y hasta lágrimas…
¿Porque necesitamos tanto querer a alguien a quién antes de conocer no existía en nuestra vida, en nuestro mundo, esa persona a quién aun antes de conocer quisiéramos encontrar? Pero que una vez encontrada no nos podemos quitar del corazón?

Porque? Para que? Que necesidad es aquella de completar nuestra vida, si somos seres tan completos y no somos la mitad de nada como algunos parecen creer… sin embargo se insiste en aquello de querer encontrar la otra mitad que nos falta…
La necesidad de amor no basta con la prodigada y recibida de padres, hijos, hermanos, además tenemos que encontrar a un extraño para que se convierta en el amor más intenso y especial…será que nuestra naturaleza es ideal en pareja, será que “solos” somos menos personas, menos humanos.

Será también, que cada día al realizarnos personalmente como individuo, pleno, independiente, con nuestro actual ritmo de vida, creyendo que no necesitamos de nada ni de nadie, somos cada vez mas reacios a vivir en pareja, y somos cada vez más individualistas, y puede que a la larga, más infelices.
Sin embargo llega un momento en la vida, en el que todos nuestros seres queridos y amigos, hacen su propia vida, y entonces pensamos en esa persona extraña, que no lleva nuestra sangre, pero que, igual de tenerla sería capaz de darla por nosotros, esa persona que nos da su amor, su vida, su cuerpo y su alma, esa persona que nos ama, por elección propia, no porque hayamos nacido emparentados. Esa persona que cada día es más difícil de encontrar, porque parece ser que la gente se quiere a si misma más que a nadie, y parece ser incapaz de querer de verdad, intensamente, amorosamente a alguien, porque sí, simplemente porque cada parte de su corazón y de su cuerpo así se lo manda. Y no la cabeza y otro tipo de intereses.
Esa persona que al estar al lado nuestro nos da felicidad, y la recibe enamorada, esa persona que compartiría la vida, nuestra juventud, nuestra belleza, y un día nuestra vejez, y que aun con la belleza perdida nos seguirá mirando, besando y acariciando con amor, sin asco, sin rechazo. La única persona que nos conoce como nadie, que nos escucha y nos necesita tanto como nosotros a ella. Esa persona que quiere evitarnos cualquier penuria o sufrimiento y que está dispuesta a todo por nosotros.
Esos amores son, lo que deberían ser, y lo que cada día menos personas tienen la suerte de conocer, sea por el mundo frívolo o egoísta en el que vivimos, sea por que nos hemos convertido en seres deshumanizados o como decía individualistas. Pero el amor en ese concepto no ha desaparecido, solo se puede pretender recibirlo cuando somos capaces de darlo.
Es fácil querer y enamorarse cuando somos jóvenes y bellos, que se enamoren de nosotros, que nos pretendan, y halaguen constantemente, pero cuando la belleza se acaba, que se acabará irremediablemente, aunque nos pese, y cuando perdamos esa soberbia, de creer que será eterno, y la arrogancia deje paso a la sabiduría que da el tiempo, comprenderemos si estamos solos que no habrá cosecha posible, en la vejez, pues si no supimos sembrar el amor, poco habrá que recoger, y habrá que asumir la árida soledad.
Y quienes tengan la suerte de haber encontrado el amor, y lo conserven, vivirán ese dulce retiro, lleno de ternura, compañía mutua, complicidad, cariño, aventura constante hasta el final del camino, de la mano de esa persona que eligió darnos su amor, y a quién amemos tanto que sigamos viendo en sus ojos toda la belleza de su interior, esa de la que un día nos enamoramos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

macho hispánico ibérico vulgaris, tiene mucha gracia esta frase, aunque yo no soy ibérico del todo, me apunto, me gusta cuando las mujeres dicen la verdad de nosotros, sin duda lo tenemos bien merecido.

sobre el amor, tanto he escrito sobre ello, tantas cosas, que muchas ya ni recuerdo, lo que tengo claro es que, si creo en mi alma, en mi corazón, creo en el amor eterno, aunque algunas veces no tengamos la suerte de disfrutarlo carnalmente.

felicidades por tu blog, un placer la visita.

un saludo!

moni dijo...

Gracias Angelus, el placer desde luego es para mi, que me visites y te guste lo que escribo, es el mejor premio a estas lineas
...Y ese libro
"sexo, sudor y lágrimas" Desde luego el título promete, suerte en la publicación...
Mónica

Anónimo dijo...

Personalmente , tras muchos años de sueños imposibles, he llegado a la conclusión de que el amor que esperamos no existe, no porque sea así, si no porque lo tenemos muy idealizado.

Esos viejecitos a los que ves abrazándose en los bancos de los parques y que lo reconozco, me enternecen hasta a mi, han pasado mil penurias y sacrificios juntos para llegar a la cúspide de sus días, en ese estado de placidez.

En sus tiempos, el matrimonio era un compromiso muy asumido.
La libertad de la que hablabas en posts anteriores, no existía.
El marido tenía claro que estaba casado y en que consistía ese hecho , no pedía una libertad que tenía claro que no le correspondía.
Las mujeres cogían peso cuando tenían niños sin que nadie pretendiese que estuvieran siempre en "estado impecable de revista". Eran "Señoras" y se esperaba de ellas que se ocupasen de la casa, los niños y respetasen a su marido, sin más derecho que el de "cumplir con su deber", ese era su destino.
Un hombre podía tener una amante preciosa en la calle, en muchas ocasiones teniendo su mujer conocimiento de ello , pero no quería que su mujer tuviera ese aspecto, ni usara esa ropa.
(Una esposa tenía que comportarse de un modo previamente establecido)
Recuerdo incluso haber escuchado de mi propia madre, que la Mujer, no debía demostrar satisfacción sexual, en el caso probable de que la sintiera, eso era de "fulanas".
Es fácil después de haber soportado todo eso, perdonar y entregarse únicamente a quererse ya entrada la vejez, a fin de cuentas solo se tienen el uno al otro.

Pero no imaginemos cosas que nunca existieron, salvo en casos muy contados.
Antes las parejas pasaban calamidades iguales que las nuestras,e incluso peores, simplemente "separarse" no era una opción, tanto si eran felices, como si nó.

Como ves mis opiniones siguen siendo puñeteras. Pero como me has dado permiso para expresarme libremente, te las sigo dando.

Un fuerte abrazo

moni dijo...

Querida Carmen, siempre doy gracias, por haber nacido en una época distinta a la que comentas. Aun asi, en todos los tiempos, pasados , presentes, y futuros, pasan cosas decepcionantes entre la pareja, porque como es lógico, hay todo tipo de seres humanos.
Aun asi, conciente de todo ello, sigo pensando en el amor como algo bonito.
He vivido decepciones, y he sufrido por amor, pero tambien he vivido historias maravillosas, que aun espero volver a vivir, he amado intensamnete y me han amado con locura. Entiendo el escepticismo al respecto, yo misma veo el panorama y a veces me resulta muy triste, sin embargo,no quiero ser parte de ello, asi que sigo teniendo fe en mis sentimientos, en los sentimientos de algunos, y en la capacidad que tengo aun de enamorarme un día otra vez, como una adolescente, sin avergonzarme por ello.
Que resulte bien o mal, no lo se, solo se, que disfrutaré plenamente, y luego..."Que me quiten lo bailado..."
Un besito cari, y gracias!

Carlos Sandoval Cáceres dijo...

Monica, te felicito por tu blogs, por la calidad de tus artículos, hay que leerlos y digerirlos lentamente para aprovecharlos todos.
En lo referente a la sexualidad en la tercera edad, quienes aun estamos en esa etapa de la vida, lo vemos como algo curioso, anecdotico, muchas veces como algo extravagante y a veces como algo mountros y hasta perverso, y es que aun no apredemos ni nos preparamos para envejecer, y la sexualidad es un proceso completamente normal, natural, humanos y hasta biológico, y como el ser humano es un especie bio psico social, esta sexualidad irá matizada por factores culturales, antropólogicos, psicologicos etc.
No es lo mismo un anciano de 60 años en el siglo pasado que un joven de 60 en estos tiempos. No es lo mismo un anciano en Suiza que otro en Sudamérica o Africa y asi sucesivamente.
Tal vez no ses aceptado socialmente pero poco a poco mientras el mundo se siga preparando para envejecer lo iremos conmprendiendo.
Todo esto en parejas de ancianos, no casos de un varon de 70 con una chica de menos de 30 eso es otro tema.
hasta pronto y nuevamente mis felicitaciones

Carlos

moni dijo...

Carlos, todos nos hacemos mayores, aunque algunos se resisten a ello y no quieren aceptarlo aferrandose a una juventud que inevitablemente tiene que perderse. el espíritu se mantiene joven es cierto, y el "chasis" intentamos mantenerlo con buena apariencia. Es como el cadillac del 59, clásico, y agradable verlo bien cuidado, pero viejo es, y no tiene ni de lejos las prestaciones de un coche del año.Pero las personas no deberian ser como coches que se deban cambiar por uno nuevo.
El amor hacía alguien,persevera en el tiempo, se transforma, se engrandece, y dos personas que se siguen queriendo a pesar del tiempo y de los años, aunque cada vez se vean con menos frecuencia,deben ser felices juntos supongo, deben haber alcanzado la paz, la armonía, que el cariño mutuo aporta sus vidas.
Un beso, bienvenido, y gracias por tu visita, que espero sea habitual.
;-)